Muchos expertos científicos han estudiado el ciclo global del carbono en los últimos treinta años o más, y han alcanzado un elevado nivel de consenso: emplear los productos forestales de bajo valor para su uso bioenergético no creará ningún “déficit de carbono” y mejorará las reservas de carbono forestales.
Recursos bioenergéticos
Simplificando los hechos al máximo: el carbono que se emite por el uso de la bioenergía a escala mundial (junto con las emisiones involucradas en su producción, la cosecha, etc) representa menos que la producción fotosintética neta de su cadena de suministro, así que se produce una retirada neta de carbono de la atmósfera.
La cantidad de carbono que se fija anualmente a escala mundial como energía química en biomasa es equivalente a entre cuatro y cinco veces el consumo mundial total de energía primaria en la actualidad, así que estamos muy lejos de superar ese límite.
No obstante, es importante realizar ese recuento de carbono mediante escalas temporales y espaciales adecuadas. Se trata de un asunto complejo, y los detalles sutiles no siempre son visibles ni tampoco se consideran de manera igual, dependiendo de si son los activistas o quienes toman las decisiones políticas quienes lo analizan.
Un equilibrio necesario
Lleva a confusión focalizarse en el carbono emitido en el momento del uso bioenergético. En un sistema gestionado de rotación forestal, cada tonelada de biomasa que se cosecha y se quema se equilibra con una tonelada de nueva biomasa que crece en algún punto cercano.
Si echamos un vistazo a un área de ese tipo, que proporcione suministro a una central eléctrica de bioenergía, y la medimos según un esquema temporal adecuado a la práctica forestal, se comprueba que el índice de cosecha es por lo menos igualado por la tasa de rebrote.
La humanidad ha explotado los productos forestales durante siglos, algunas veces bien, y otras mal (por ejemplo en la Europa del siglo XIX), pero la historia más reciente ha demostrado que la madera para la construcción a gran escala, la producción de pasta de papel y la bioenergía pueden coexistir con saludables reservas de carbono forestal tanto en la actualidad como en el futuro.
Fuente: Ecoticias (España)