Un compuesto de madera moldeable, elaborado a partir de aserrín y un aglomerante natural (lignina), al cual se le puede dar cualquier forma y con la opción de ser reciclado con solo disolverlo en agua, aspira a revolucionar la industria forestal.
Se trata de Lignoplas, un producto que busca dar valor a los subproductos y desechos de la industria forestal a través de una propuesta sustentable e innovadora.
“Es un material amigable con el medio ambiente y las personas, del cual se pueden desarrollar variados formatos a bajo costo y sin dañar el medio ambiente”, destaca su creadora Isabel Díaz del Río (26), diseñadora de la Universidad Católica y magíster en Diseño Avanzado de esa casa de estudios.
La iniciativa partió el 2013 cuando la joven profesional realizó un taller en una mueblería de la Pintana, donde se dio cuenta que los mueblistas no sabían qué hacer con la gran cantidad de aserrín que quedaba de los trabajos, lo que vio como una oportunidad.
“Los carpinteros tenían pequeños cerros de aserrín y no sabían qué hacer con eso. Me puse a investigar y descubrí que lo utilizaban para hacer tableros de aglomerados, pero con adhesivos más tóxicos derivados del petróleo, entonces me surgió la idea de buscar una alternativa más natural, que tuviera similares características de resistencia técnica”, recuerda.
A través de su tesis de magíster recogió esta necesidad, materializó su idea y empezó a trabajar haciendo pruebas con este nuevo material. Así nació Lignoplas.
Este novedoso producto ya está marcando presencia a nivel nacional e internacional y recientemente fue premiado con el primer lugar en el III Concurso de Innovación en Madera 2016, en la Semana de la Madera organizado por CORMA.
“Con iniciativas como estas buscamos incentivar el uso de nuevas aplicaciones en torno a la madera y generar oportunidades para profesionales que quieran dar a conocer las bondades de este importante recurso. Este proyecto genera muchas expectativas y representa un referente nacional en cuanto a innovación”, destaca Francisco Lozano, presidente de Madera 21 de Corma.
Isabel Díaz destaca que este reconocimiento la respalda y motiva pero, a su vez, involucra nuevos desafíos, como la certificación del producto y su expansión en el mercado internacional.
“Para mí este premio fue una especie de validación del producto: ya que lo pude mostrar y comprobar que es tan importante como creía. Ahora, el reto es potenciarlo y validarlo técnicamente para que llegue a varias empresas”, manifiesta.
Fuerte como la madera, flexible como el plástico
Lignoplas es un producto completamente nuevo en su área. Se comercializa en formato de masa húmeda hecha en base a lignina y polvo de aserrín, la cual se trabaja como si fuera greda, pero una vez seca puede ser cortada, lijada, pintada e incluso atornillada.
Un material de fácil manejo por lo cual pretende ser utilizado para cubrir diferentes necesidades, desde material de trabajo para niños en etapa escolar que pueden crear objetos y desarrollar la motricidad fina; hasta arquitectos y diseñadores que podrían usarlo para crear mobiliario y revestimientos interiores de bajo impacto.
“Abarca dos campos, por una parte es una madera moldeable que compite con los plásticos o con todo tipo de producto moldeables y, al mismo tiempo, posee resistencia como la madera. Y como es moldeable necesita muy baja temperatura y muy poco gasto de energía en comparación con otros materiales”, subraya su creadora.
Además es sustentable, ya que está hecho a partir de productos naturales, por lo cual cuando termina su ciclo de vida útil se puede deshacer y volver a la naturaleza sin impacto ambiental.
“El aserrín y la lignina son completamente naturales, si quieres dejar de usar el producto se disuelve con agua y se puede reutilizar”, explica la diseñadora.
“Cuando me propuse trabajarlo uno de los objetivos era que fuera un producto sustentable, el desafío base era poder contribuir también para que la gente pueda motivarse a usar productos más naturales, en lugar de aquellos que tienen componentes tóxicos”, agrega.
El producto ha tenido un éxito rotundo, después de la reciente creación de su página web (www.lignoplas.com). El interés incluso ha traspasado fronteras y hoy ya se están exportando muestras de cortesía a Brasil, Venezuela y Ecuador.
“La impresión que nos dio el producto fue bastante positiva, tiene buenas perspectivas y proyecciones por eso nos interesamos en probarlo” manifiesta Aldo Beuther, comprador brasileño que ya cuenta con Lignoplas para realizar las pruebas necesarias (resistencia mecánica, piezas de fundición, durabilidad, etc.), para su aplicación en Brasil.
“En poco tiempo empecé a tener muchos pedidos, realmente no sé cómo llegué al mercado internacional. Ha sido todo muy rápido, pero estoy feliz porque pude materializar una buena idea que espero siga teniendo una proyección exitosa”, comenta con entusiasmo Isabel Díaz.
Fuente http://tiempo21araucania.cl