En un artículo publicado en la revista ‘Nature Climate Change‘, los científicos reclaman datos robustos, transparentes y fiables para rastrear el verdadero potencial de mitigación del cambio climático de los bosques. «No hay duda de que los bosques tienen un enorme potencial para mitigar el cambio climático, principalmente a través de la reducción de la deforestación, la plantación de nuevos bosques y la gestión de los bosques existentes», señala la coautora del artículo, Joanna House, del Instituto Cabot de la Universidad de Bristol, en Reino Unido.
«Los bosques juegan un papel importante en las promesas hechas por los países para alcanzar los objetivos fijados por el Acuerdo Climático de París, alcanzando hasta un cuarto de las reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero hasta 2030. Ésta es una enorme contribución considerando que sólo contribuyen al 10 por ciento de las emisiones, mientras que los combustibles fósiles aportan el 90 por ciento», añade.
En diciembre de 2015, 195 países adoptaron el Acuerdo Climático de París en la 21ª Conferencia de las Partes (COP-21) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Como parte del proceso, 187 países –que representan más del 96 por ciento de las emisiones netas mundiales– presentaron sus Contribuciones Nacionales Previstas y Determinadas (INDC, por sus siglas en inglés), que constituyen la base para implementar acciones de mitigación bajo el acuerdo climático.
Las INDC prometidas antes de la reunión de París sólo limitan la subida de las temperaturas medias globales a alrededor de 3,5ºC, no «muy por debajo» de 2ºC como se requiere en el Acuerdo de París. «La mayoría de los países incluyen el sector de uso de la tierra, cambio de uso de la tierra y silvicultura (LULUCF, por sus siglas en inglés) en sus INDC, con un enfoque claro en los bosques, pero los países usan diferentes maneras para calcular las reducciones de emisiones del sector terrestre en sus objetivos nacionales. El efecto esperado del sector de la tierra sobre los objetivos de mitigación de las INDC es muy complejo», dice House.
El Centro Común de Investigación de la UE y un equipo de colaboradores internacionales, dirigido por el doctor Giacomo Grassi y la doctora House, realizaron una cuantificación e interpretación de los planes de mitigación de los países en el sector LULUCF. Utilizando la información y los datos aportados por los países en el marco del proceso de la CMNUCC, respaldados con datos de los países comunicados a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, los compararon con estimaciones independientes de la literatura científica.
Los compromisos de los países no llegan a los objetivos del acuerdo
«Comparando la contribución global de la mitigación del sector de la tierra a todos los otros sectores, como el de la energía, encontramos que globalmente contribuye a cerca del 25 por ciento de la reducción total de las emisiones de INDC. Los compromisos de las INDC aún no alcanzan los objetivos de París y, a pesar del papel de los bosques, habrá que reducir drásticamente las emisiones de combustibles fósiles para evitar los peores impactos del cambio climático», advierte House.
«Los impactos climáticos ya se están haciendo notar en todo el mundo, ya que 2014, 2015 y 2016 son cada uno consecutivamente los años más calurosos registrados. Los bosques juegan un papel importante en co-beneficios no menos importantes de biodiversidad, reciclaje de las lluvias y protección contra las inundaciones. Sin embargo, nuestro recurso terrestre es limitado, por lo que no hay que dejar pasar la necesidad de cambiar también a la energía baja en carbono como están haciendo con gran éxito muchos países mientras sus economías siguen floreciendo», añade.
«El seguimiento del potencial de mitigación de los bosques requiere más confianza en las cifras, incluida la conciliación de las estimaciones entre los informes de los países y los estudios científicos, pero la credibilidad de la mitigación basada en la tierra puede verse obstaculizada por las grandes incertidumbres en la manera en que los países consideran la mitigación y sus estimaciones de GEI. Deben mejorarse los inventarios de GEI en términos de transparencia, exactitud (incluyendo información sobre incertidumbres), consistencia, integridad y comparabilidad, especialmente en los países en desarrollo», propone el autor principal, Giacomo Grassi, del Centro Común de Investigación de la UE.
«También es urgente conciliar las diferencias actualmente relevantes entre las estimaciones de GEI proporcionadas en los informes de los países y las basadas en evaluaciones científicas. Los progresos hacia el logro de los objetivos a largo plazo del Acuerdo de París se basarán tanto en informes de países como en evaluaciones científicas por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés). Sin un idioma común, las cifras contradictorias pueden socavar la confianza en el logro de los objetivos y no puede evaluarse adecuadamente el progreso hacia el objetivo ‘por debajo de 2 ° C'», añade.